viernes, 26 de diciembre de 2008

O´CAROLAN EN LA CAMPANA NAVIDAD-08

No sabemos seguro cuál fue el primer año que alguien (tampoco recordamos quién) tuvo la genial idea de tocar en La Campana de los Perdidos el día de Navidad. Fue seguro en una de las tantas conversaciones de barra entre Rodo y nosotros, y Jesús (que tiene una memoria envidiable para recordar en qué año pasaron las cosas) dice que este año fue 1996. El caso es que nos pareció una gran ocurrencia, y un año tras otro, hemos mantenido lo que a estas alturas ya se ha convertido en una tradición, de la que se hacen eco la prensa escrita y la radio, y cuya edición este año habría sido entonces la décimotercera. Casi nada...

Cada año ha habido alguien que ha tenido que volver de su sitio de celebración familiar para la ocasión. Monreal del Campo, Calatayud, La Puebla... Los mismos Rodo y Elena, durante varios años, este mismo incluído, han salido pitando desde Navalmoral de la Mata, en Cáceres, tras la comida navideña para llegar a tiempo de preparar los turrones y el bar, y abrir puntualmente a las nueve de la noche. Y casi siempre ya a esta hora hay gente en la puerta, a una hora de empezar el concierto, esperando poder entrar de los primeros para conseguir un asiento o al menos un sitio cómodo para estar. Y habida cuenta del frío que hacía este año, me parece admirable, porque nos consta que hubo gente que a las nueve llevaba ya un buen rato en la calle...

Ha habido años que hemos hecho el concierto sin alguno de nosotros. Esta vez también ha sido el caso, ya que Pili tenía compromisos familiares a bastantes km de Zaragoza. Sólo nosotros sabemos cuánto la echamos de menos, tocar sin arpa es complicado, y estamos tan acostumbrados a estar todos y tocar y oir los temas de una manera concreta, que cuando por causas diversas falta alguien, nos sentimos un poco perdidos... Pero aun con la ausencia de Pili y su arpa, decidimos preparar un concierto "alternativo" y parece que pasamos todos un rato estupendo. No?


Además contamos con la inestimable colaboración, como en otras ocasiones, de Brendan y Luis, que nos obsequiaron con tres temas e hicieron que la gente disfrutara y se riera un montón gracias a la simpatía de nuestro gran amigo "irlandés de verdad", como decimos nosotros siempre.
Os dejo enlaces para que veáis dos de estos temas. Este es el primero. Igual hay cierto movimiento, se me iban los pies sin recordar que llevaba la cámara en la mano. Y este otro es el segundo. Se llenó la tarjeta justo a cinco segundos del final, en fin...



Me apeteció mucho hacer fotos y grabar algún pequeño trozo del público, para que tengáis una visión distinta de la que se tiene mirando al escenario, y veáis lo que nosotros vemos. Que podáis sentir lo que nosotros sentimos es complicado, pero al menos es posible que os hagáis una pequeña idea. Y alguna vez está bien que salgáis vosotros en lugar de nosotros, porque en definitiva, sin todos los que estuvisteis allí, sentados, o de pie apretujados, o sentados en la escalera, o en el suelo, o subidos en la cadiera... no hubiera sido posible lo que un año tras otro vivimos todos el día de Navidad, y en general en casi todos los conciertos.






























Sentirse en cierto modo artífice de haber provocado esas sonrisas y esas caras en la gente es una sensación impagable. Y que luego nos déis las gracias mientras salís del bar no lo es menos. No, no, gracias a vosotros...


lunes, 22 de diciembre de 2008

ENSUEÑOS DE FOLK 2008 (I)

El pasado mes de Noviembre tuvimos la suerte de ofrecer, en tres fines de semana consecutivos, cinco conciertos en sendas cinco localidades navarras, dentro de la programación del "Ensueños de Folk 2008", compartiendo cartel (que no escenario) con los grupos Zurgó y Lantz.


Lekunberri, Castejón y Elizondo, el 7, 8 y 9 de Noviembre, Irurtzun el 16 y San Adrián el 21. Cinco conciertos rodeados de buena gente, buen ambiente, buen paisaje, buen tiempo y por supuesto, buena comida. Sólo hubo un pequeño incidente que hizo que las cosas no fueran del todo perfectas, pero es algo que a estas alturas ya recordamos con carácter de "batallita", de esas que de vez en cuando se recuerdan en las reuniones y que pasan a formar parte del anecdotario de nuestras andanzas.


Vamos con el primer fin de semana. Salimos de Zaragoza el viernes 7, para tocar ese día en Lekunberri. Un local agradable, en un entorno precioso, y el concierto, a ras de suelo, como nos gusta a nosotros por la proximidad de la gente. Fue tan agradable como el local, lo cierto es que siempre solemos disfrutar de los conciertos, pero hay algunos en los que un poco más, y éste fue de esos en que lo pasamos pipa, tocando muy a gusto, y entre risas.



Después, cenita en el mismo sitio y a dormir pronto, en un bonito hotel, en el que alguien, y alguien más, un poco sugestionables ellos (y no diré quién son o somos....), pasaron una noche un poco desvelada, por los ruidos normales que tanta madera ocasiona, y que se oyen como estruendos en el silencio. Las peripecias nocturnas fueron motivo de risas en el desayuno del día siguiente, así que el día empezó bastante divertido.















Este fantasmilla debió de tener la culpa de los desveles...





Durante el desayuno, y después, decidiendo hacia dónde encaminar nuestros pasos.


El mejor deseo de todos, grabado en la fachada del hotel.


Teníamos la mañana libre, y queríamos ir a tantos sitios que no podía ser, con lo cuál terminamos dando un paseo en furgoneta por la sierra de Urbasa y Andía, a pesar de que parte del "pasaje" insistía todo el rato en ir a Donosti a comer unas tapas y a ver el mar... Pero Ju es mucho Ju, y si él lleva la furgoneta toma la decisión rápidamente según su instinto, y lo tiene, y mucho y bueno. Recuerdo que, hace ya unos cuantos años, volviendo después de un bolo de Cornamusa en Panticosa, en lugar de bajar hacia Zaragoza, le apeteció dar una vuelta por Bujaruelo a altas horas de la noche-madrugada. Y allá que nos llevó. Sin opción a réplica. Vimos amanecer en Bujaruelo, un paseo precioso, y terminamos comiendo croquetas en el bar de Juan a las 9 de la mañana...

Y así de bonitas estaban las sierras aquel día.






















Mientras yo hacía ésto...









...Ju hacía ésto.



















Y mientras Ju hacía ésto...


















...yo hacía ésto.












Y por la tarde, después de la habitual agradable comida, a Castejón. Estas fotos son de justo antes del concierto. No os podéis imaginar lo que dan de sí los diez minutos que estamos, normalmente en el camerino, esperando a que se haga la hora de salir al escenario. Yo siempre amenazo con grabar algún trozo de vídeo y subirlo, porque son momentos que se prestan para relajarnos un poco haciendo risas a costa de decir las mayores barbaridades del mundo. Y cualquier tema vale... Esta vez me contenté con hacer alguna foto.




Aquí podéis ver alguna foto que Delfín Laborda nos hizo durante el concierto. Una sala llena, primero de divertidas sillas de colores, y después de gente que nos acogió estupendamente. Un buen concierto. Y gracias, Delfín, por hacernos y luego mandarnos las fotos.
































Y al día siguiente, para el Baztán. El viaje, precioso y divertido.


Precioso...

















Y divertido...

Habíamos quedado para encontrarnos en Elizondo con nuestro querido amigo Ernesto, y con él y Amalur compartimos un vermú y una comida que hicieron que ese día fuera un poco especial para todos. Las fotos lo demuestran...











Amalur y su padre, Ernesto y su hija, genios y figuras. De tal palo tal astilla. No sé quién de los dos habla más (y mejor). Al despedirse de nosotros, Amalur nos dió un sonoro beso y un gran abrazo a cada uno...



Las chicas más guapas del dia.



Todos juntos, salvo Ernesto, que fue quien hizo la foto.


Y como gran broche de oro al día y al fin de semana, el concierto fue también bastante especial. Un sitio precioso, un público maravilloso (tuvimos incluso una "espectadora" de tan sólo dos meses, que según sus padres, estuvo durante su primer concierto sin protestar nada de nada), y un buen concierto lleno de humor y cálidos aplausos. Como lo tenemos enterito en vídeo (gracias por mandarlo), quien quiera puede ver algún trocito en nuestro canal.


Y después, rapidito a recoger y para casa, que era domingo y al día siguiente volvía la vida normal, tras un gran fin de semana lleno de cosas, casi todas ellas buenas...

sábado, 29 de noviembre de 2008

ALREDEDOR DE UNA VELA 1999

En aquella temporada, Ramón (Bar Entalto) y José Emilio (Bar Crápula) tuvieron la feliz y generosa idea de subvencionar la grabación de un disco a varios grupos próximos a ellos, y nos propusieron ser uno de esos grupos, con lo cuál la idea nos siguió pareciendo igual de generosa, pero más feliz...

Así, a finales de mayo de 1999, pasamos tres días en Kikos (conocido estudio de grabación de la ciudad), dejando constancia para la posteridad de los temas que llevábamos ya como seis años tocando. Tres días bastante intensos, porque si ya de por sí los momentos de grabar son complicados, la cosa es un poco más peliaguda si sabes que el tiempo está contado. Pero no fue difícil, eran temas que llevábamos tanto tiempo tocando que se plantearon pocos problemas, y el resultado fue muy acorde con lo que pretendíamos, así que contentos, por tener al fin algo grabado entre manos, y por cómo quedó. Hubo incluso algún tema (en concreto La Danza del Oso, tema que todavía incluímos en los conciertos y que nos sirve de broche) que grabamos todos juntos dentro de la "pecera" del estudio. Juanjo (responsable de Kikos) no lo entendía mucho: "Pudiendo grabarlo por separado y bien...", pero nosotros queríamos que sonara lo más parecido posible a un directo. Así que nos dispersamos dentro, uno en cada esquina, para meternos lo menos posible en los canales ajenos, y tocamos el Oso. No recuerdo bien si se quedó a la primera, o grabamos una segunda. Sí estoy segura de que no hubo tercera.
















Nosotros con Juanjo a los mandos, en algún momento de aquellos días.

Chema grabando.

¿Y por qué "Alrededor de una Vela"?

Quien nos haya visto alguna vez en La Campana, sabe que siempre (en una tarea aparentemente imposible, pero que ya tenemos muy controlada), nos colocamos en el pequeño escenario con una mesa en el centro, cubierta con un "mantel" de terciopelo rojo, en la que colocamos, además de bebidas, algún que otro instrumento, y "aperos" varios necesarios para el concierto, una vela que permanece encendida durante todo el tiempo que estamos tocando. En alguna ocasión hemos trasladado esta costumbre a otro sitio, y entre otros, nos llevamos un bonito candelabro en la furgoneta hasta la Sala Galileo Galilei, en Madrid, cuando presentamos "La Llave de los Sueños", para seguir tocando alrededor de una vela, como en la Campana.




Confesaré que ese magnífico título no fue idea nuestra. En uno de los tantos conciertos que hemos hecho en nuestro "bar de cabecera", y con el fin de salir del aprieto en el que estábamos, porque no se nos ocurría un buen título para nuestro primer disco, invitamos al público a que pensara en ello, y escribiera en un papel lo que se le ocurriera. Después, leyendo todo lo que la gente nos había dado, y fueron muchas las ideas (qué amables, gracias), no tuvimos ninguna duda. Unanimidad, y a la primera. "Alrededor de una Vela" sonaba fantástico. ¿O no...?

Otro detalle digno de mención fue que este disco se vendió por anticipado, poniendo en marcha una gran idea para contar con dinero de apoyo desde el principio, así que todas las personas que compraron el disco antes de que se grabara, son mencionadas en el tríptico del CD, como coproductores. Ramón y José Emilio aluden a ellos como "...los crápulas y amigos que han comprado anticipadamente y sin saber qué hostias se iba a parir". Agradecidos por su confianza.
En cuanto a la portada, no fue cuestión nuestra, ya que debía de mantener una línea común con el resto de los discos, a modo de colección, pero estuvimos encantados, nos pareció perfecta. Sobre todo a mí, porque (y ésto fue pura casualidad) la foto pertenece a una canecillo situado, y aquí disiento con lo que pone en el CD, en el ábside de la iglesia de Santa María de Uncastillo, precioso pueblo del que procede toda mi familia, y en el que yo viví muchos veranos de mi infancia y adolescencia. Fueron muchas las veces que yo pasé a menos de cinco metros de ese señor de bigote y perilla que toca ese instrumento tan curioso...

Sólo una cosa más. Si quien pensó el título aquella noche en La Campana lee ésto, o alguien sabe quien es, si es posible que se manifieste, porque nunca nos dijo nada, y nos encantaría agradecérselo en persona. Además, algún día no muy lejano vamos a volver a vernos en la tesitura de pensar en cómo llamar al siguiente, y puede que no estuviera mal tenerle cerca... ;-)

jueves, 13 de noviembre de 2008

PALENCIA 11-7-08



Uno de los conciertos más agradables que hemos hecho durante este año fue el que compartimos con la gente de Palencia el pasado 11 de Julio. Nunca habíamos visitado esta ciudad, siempre se nos quedaba a un lado, de paso hacia Galicia, en los distintos viajes que hemos hecho hasta allí. Y fue un auténtico placer. El primero, nada más llegar, mientras esperábamos a la prueba de sonido, descansando un poquito en una de las terrazas de la Plaza Mayor.

Haciendo risas con historietas, como casi siempre...



Nos habían dicho que si la noche era agradable, la plaza de San Francisco (un lugar precioso, por cierto) se llenaba de gente, y fue una noche fresquita, pero se llenó lo mismo. Además con gente de esa que a nosotros nos gusta tener cerca cuando estamos tocando. Esa que con sus aplausos y sus sonrisas te dice que están disfrutando de nuestra música, y con la que conseguimos que haya una buena comunicación tanto hacia un lado como hacia el otro. Y tras el concierto, y con el mismo cariño con el que nos habían escuchado, fueron muchas las personas las que se acercaron, rompiendo el mito de la austeridad del carácter castellano, y compraron
discos, y charlamos hasta que la plaza se fue quedando poco a poco vacía de nuevo. Así que desde aquí os damos las gracias de corazón a todos los que estuvisteis allí por hacer posible aquella bonita noche.



Reseña en la prensa del día siguiente



Fue una pena, porque no tuvimos tiempo de dar el paseo de rigor que a nosotros nos gusta hacer en cada sitio, ya que al día siguiente tocábamos cerquita de Zaragoza, y la vuelta tenía que ser rápida. Por cierto, que las cosas serían bien distintas ese día.


El camino de vuelta lo hicimos casi nadando en lugar de rodando por la carretera. Caía tanta agua que parecía que se acababa el mundo. Lo bueno, la obligada parada para comer, esta vez en El Burgo de Osma, en un sitio estupendo, en el que disfrutamos de una deliciosa y espléndida comida de la que hay algún testimonio gráfico...










































Después de una buena comida, todo se ve de otra manera.


Y ya en el pueblo de destino, el agua seguía en sus trece. Después de hablar con los responsables, e intentar sin éxito trasladar el concierto a un recinto cerrado, el agua dejó de caer, pero a costa de un cierzo helador, tan desagradable como extraño a esas alturas de verano, que se quedó el resto de la noche. Así que tocamos en una plaza casi vacía (normal, era inhumano estar allí sin un buen forro polar que echarse encima), con cuatro personas y una compañera de trabajo y su familia que se habían acercado desde Zaragoza para asistir a uno de los conciertos más desafortunados que hemos hecho nunca, y que además, no estoy segura de haber cobrado todavía.


En fin, la vida es un camino de contrastes...

sábado, 4 de octubre de 2008

LA CANTINA SONORA, 1993. PRIMER CONCIERTO DE O´CAROLAN

O´Carolan nació sólo. Quiero decir, que nadie tuvo nunca la idea de formar un grupo como tal para hacer la música que hacemos, ni se pensó en ello. Fue al revés. Tan al revés que de repente un día fuimos conscientes de que teníamos algo con vida propia entre manos, y que había que ir pensando en un nombre, por llamarlo de alguna manera más que nada. Y nos habíamos "quedado" con tantos temas de O´Carolan para tocarlos y disfrutarlos, que pensamos que no se molestaría si nos quedábamos también con su apellido.



Antes de hablar de ese primer concierto, dejadme que os cuente, a modo de pequeño homenaje, acerca del lugar que fue testigo mudo de las primeras veces que tocamos temas como Fanny Power, Dame Tu Mano, o Shebeeg and Shemore, cuando Chema, Miguel Angel, yo, y a veces Julián, nos quedábamos rezagados, antes de bajar con los demás a tomar la cervecita al Selva de Oza después de cada ensayo de Cornamusa (qué bien nos cuidaba Juan, tenemos que ir a verlo), ahí, "enredando", en el piso de la calle Borao.
En el último trabajo del grupo, "Aragonautas", aparece un tema dedicado a ese sitio en el que pasamos tantas y tantas horas (y unos más que otros, verdad, Ju?) ensayando, haciendo fiestas con los amigos, pensando, jugando, discutiendo... Pesca (tan ligado a ese espacio como cualquiera de nosotros, o más...), para ilustrar con palabras la música, escribió: "Hay hogares o edificios, casas o moradas. Hay paredes encaladas o alicatadas, y también paredes acolchadas con recuerdos, con susurros, con gritos. Hay habitaciones que te devuelven la mirada y te guiñan una ventana con complicidad." Eso era el piso de Borao. Era, porque ya no existe. Un día de los tantos que yo pasaba por ahí y volvía la cabeza para dedicarle la mirada de rigor, en lugar del edificio de siempre encontré un tremendo agujero, y llamé a Miguel Angel para contárselo. Fue como si de repente se cerrase una puerta en el tiempo... Ahí, en ese local, fuimos haciéndonos con un repertorio que tocábamos después de cada ensayo, como os decía, sólo por disfrutar, por jugar.



Y un buen día, el amigo Javier Gonzalvo abre un bar. La Cantina Sonora. Quiere hacer actuaciones en directo. "¿Qué tal si venís y tocais algo?" Nosotros pensamos:"¿Y qué tal si tocamos todas estas cosas que nunca han salido del local de ensayo?" Sé que ésto pasó, casi seguro, en el año 1993. El primer concierto de O´Carolan. Ni eso, porque ni siquiera teníamos nombre, pero fue sin duda el principio.


Miguel Angel, Julián, Chema y yo, en el descanso de aquél concierto. Risueños y felices.


















Aquí, el público. Más de uno se reconocerá en esta foto... Cuando la encontré, me hizo gracia ver a personas que conoceríamos a posteriori. "¡Estuviste aquél dia...!"


O´Carolan, ya con nombre, tocamos el siguiente verano en la terraza de Las Ocas, todavía sin Pili y sin su arpa, que ya la habíamos llamado, pero estaba de viaje (ella lo confirmará, pero creo recordar que en Irlanda, qué curioso...), y hay pruebas sonoras de que en diciembre del 94 ya éramos cinco y estuvimos tocando en El Monaguillo, y enseguida empezamos a frecuentar nuestra querida Campana de Los Perdidos de la que ya hablaremos en otra entrada sólo para ella. Y Jesús? El ya era amigo, venía a los conciertos a menudo y cuando lo hacía se animaba a tocar algún tema a modo de colaboración. Y sin hablarlo, porque no hizo falta, un día se dió por hecho que en lugar de cinco éramos seis. Ya estamos todos... Lo que vino a partir de ahí lo doy casi por sabido.


Lo mejor de todo es que ésto no es sólo un grupo de música, sino que somos unos cuantos amigos que llevamos unos 20 años (y algunos todavía más) compartiendo, además de la música, muchas otras cosas, vida en definitiva, y nos conocemos ya tanto que cuando tocamos ni siquiera necesitamos mirarnos para entendernos, o con un simple intercambio de miradas nos decimos la biblia en verso. Eso, y la increíble sensación de que hemos creado algo propio y diferente en lo musical, hace que ésta sea una historia única y maravillosa. Supongo que O´Carolan es lo que es y sigue vivo por todas esas cosas. El espíritu con el que nació sigue ahí, haciendo de las suyas. Y los problemas, que a veces claro que los hay, faltaría más, pues nos los comemos con patatas, y así los digerimos mejor. Sin darnos casi cuenta, a lo tonto, han pasado ya 15 años. Recuerdo que en los principios hacíamos risas imaginándonos cómo sería hacer bolos a los cuarentaytantos. Y mira por donde, ya estamos aquí.


Por cierto, hace poco un buen amigo nuestro ha abierto un bar-restaurante en la misma calle y misma acera en la que estaba La Cantina Sonora. Es tan bonita la idea de que sea el mismo local, que no encuentro momento para ir a comprobarlo, por si acaso.
De momento nos quedamos con eso de que la vida va y viene y es circular...