Hay que decir que Aínsa es una maravillosa constante en nuestras vidas. Así que acercarnos hasta allí, con la excusa que sea, es siempre un auténtico placer, y si es para tocar, pues mejor que mejor.
La verdad es que fue una noche especial: El marco incomparable del Castillo, buenos amigos (un beso para Ana, Pardi, Don Pepe...), un público estupendo además de numeroso, y por descontado, compartir escenario con Altan, todo un lujo...
O'CAROLAN
O'CAROLAN
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