Los conciertos van llegando y van pasando, uno detrás de otro, a su ritmo y siguiendo su orden establecido. Y el tiempo se está convirtiendo en su absoluto protagonista, ya que en más de una ocasión ha hecho que terminaran antes de lo previsto, o incluso que ni siquiera tuvieran lugar.
Algunos días hemos sufrido los rigores del viento, bien por el frío, o bien por lo que sólo ya su presencia supone. Por un lado, surgen sonidos que no tenían por qué sonar, y por otro se mueven cosas que normalmente no han de moverse. En concreto, la noche de Macanaz, aquí en Zaragoza, terminamos precipitadamente porque temíamos dos situaciones. O bien que alguna parte de la estructura cayera sobre alguna otra de nuestra anatomía, o bien que el gran escenario saliera entero volando con nosotros dentro, en dirección al Delta del Ebro. Por cierto, los auténticos protagonistas de aquella noche fueron las personas que resistieron el viento y el frío, demostrando una dedicación que no sé muy bien si merecemos. Hurra por vosotros y gracias!
Otros días han sido el sol y el calor los que han convertido la prueba de sonido en algo infernal (y no exagero ni un ápice), consiguiendo arrancar no sólo nuestras quejas, sino también las de nuestros instrumentos, a los que después no había manera de convencer para que se mantuvieran afinados al menos lo imprescindible para poder tocar con ellos.
En otra ocasión, lo que empezó con un ambiente de lo más agradable y prometía ser un estupendo concierto, terminó en el quinto o sexto tema precipitadamente, cuando una gran tormenta de mucho viento y poca agua se adueñó de la Plaza de Movera. Pocas veces hemos recogido el equipo en tan poco tiempo.... Y en Valdefierro otra tormenta no nos dejó ni siquiera probar sonido.
Pero también ha habido noches estupendas, en las que hemos podido disfrutar de buenos momentos, y con un público de auténtico lujo. En Navalmoral de la Mata la acogida fue francamente increíble (Navalmoral se merece un monográfico contando los ya 3 viajes que nos han llevado hasta allí; será en breves). Y sin retroceder tanto en el tiempo, el pasado sábado tuvimos el placer de tocar en Utebo en un escenario precioso, y con una gente encantadora sentada enfrente. Todos nos lo pasamos muy bien, fue una gran noche. Gracias a todos los que vinisteis por vuestro entusiasmo.
Y mientras todo ésto pasa, también suceden cosas que a simple vista parecen pequeñitas, y hay que estar con los ojos bien abiertos para saberlas cazar y disfrutar sin que pasen desapercibidas. Como conocer a una jovencita que en muy poco rato supo darnos mucho cariño (un besito, Ruth). O a una encantadora pareja argentina, ahora residentes en España, que nos dijeron unas cosas tan bonitas que estuvimos a punto de ponernos colorados (gracias, gracias, gracias). O ver cómo un "Reloj Secreto" sale de viaje corriendo hacia Badajoz, para llegar a tiempo y ser sorpresa en un día de cumpleaños (felicidades, Raúl, esperamos que lo disfrutes). Incluso tuvimos un incidente que provocó la risa tanto nuestra como del público, cuando una silla se rompió de repente pero la cosa no pasó de eso, de ser algo gracioso. Y es que estoy convencida de que quien estaba en ella sentado no se cayó porque había tanta magia en el ambiente que el mismo O´Carolan andaba por ahí vigilando. Gracias, Tourlough, sobre todo de parte de Miguel Angel. Por cierto, no es la primera vez que el amigo hace de angel de la guarda en el mismo pueblo, aunque en distinto escenario. Hace ya unos años, mientras manipulaban los focos de un puente de luces, uno cayó al suelo. Exactamente a unos 50 cm de mi persona...
Y ya puestos, le pediremos a O´Carolan que nos siga echando un capote, y haga que los elementos meteorológicos se confabulen para que el próximo sábado podamos disfrutar en Aínsa de una gran noche. Os esperamos a todos, eh? Tal vez pasemos lista...
Os dejamos con un artículo-entrevista que se publicó hace pocos días en una revista digital dirigida a los irlandeses asentados en distintos sitios de Europa. Tenemos versión en inglés y versión en spanish, para los menos atrevidos.
Besos. Que sigáis disfrutando del verano. Seguiremos contando.
