sábado, 21 de junio de 2008

LOS NIÑOS DE LUTHERMUIR


Uno de los momentos más bonitos y entrañables de nuestra semana escocesa fue, sin duda, el que pasamos con los niños de la escuela de Luthermuir, un pueblecito cercano a Brechin. Por medio de Manuel, habíamos quedado con Marjory en hacer para ellos una especie de "concierto didáctico",hablándoles de la música e instrumentos de aquí, y al mismo tiempo tocarla para que la escucharan.

Conocimos a Marjory y su pareja, John, en el Hotel Caledonia. Marjory, directora de la escuela, nos pareció de entrada una persona simpatiquísima y gran amante de su trabajo, todo lo cuál nos
demostró al día siguiente durante nuestra visita al colegio. Y John, un "gran tipo", y no sólo me refiero a su evidente grandeza física, sino a la otra, que se le adivinaba... Nos contó muy divertido cómo la última vez que estuvo en España, (y hacía algunos días de eso, todavía vivía Franco) tuvo serios problemas en la frontera para poder entrar. Por hippie... La sóla idea de imaginárnoslo en esa tesitura, y la manera en la que nos lo contó, hizo que nos estuviéramos riendo un buen rato.



Y al día siguiente, después de invitarnos a comer allí mismo y preparar un poco el improvisado escenario en un lado de la clase, fueron entrando todos, en perfecta fila, saludando con la manita y dedicándonos repetidas veces, con una gran sonrisa en su cara, un gracioso "hola" que evidentemente acababan de aprender en nuestro honor. Por un momento abandonamos la música que ahora hacemos para volver a otra que hemos tocado infinidad de veces... Y estaba claro que nos esperaba una hora de lo más divertida.






Allí, sentados en el suelo, escucharon todas las explicaciones que les dimos y los temas que tocamos con una atención y una expresión en la cara que nos dejaron impresionados. Y cantaron con el mismo entusiasmo cuando les enseñamos alguna canción de por aquí "Una vieja fué a pescar....."


Escuchando las explicaciones de Manuel, que nos acompañó y ayudó de nuevo.















Manuel les explica que el clarín de la gaita aragonesa está forrado con piel de culebra, y la observan de cerca. Hay dos niñas a las que la idea no les parece muy buena...


Y por supuesto, bailaron también cuando llegó la hora de bailar. Estos son dos pequeños trocitos y alguna imagen del momento en que Chema les enseñaba a bailar "Els brincos". Se aprecia claramente que nosotros nos lo pasamos mejor que ellos....























Y para acabar, todo el mundo en pie y a bailar! No sabéis la cara de terror que pusieron las maestras viendo todo el jaleo que se montó, todos descontrolados. Y después, vuelta a la calma y foto de familia. No os perdáis las caritas, las suyas y las nuestras....







Tras la foto, formaron la misma ordenada fila del principio, y salieron de la clase repitiendo sonrisa y saludo con la mano, sólo que esta vez decían, de igual graciosa manera, algo parecido a "adios" y "gracias".....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bonito Susi, así fue. Tengo que decir que no sé quien disfrutó más, si los niños o nosotros. Concretamente Chema es un experto con ellos y Susana se lo pasó BOMBA! Daba gusto verlos a todos, os lo aseguro.
Salimos de allí convencidos de que los niños son iguales hablen el idioma que hablen, y que independientemente de donde sean, son maravillosos.