sábado, 6 de febrero de 2010

VALLADOLID 17-12-2009

Ya habíamos tocado otras veces por ahí cerca, en Burgos, Palencia y Zamora, pero ésta fue nuestra primera visita a Valladolid. Y fue en esos días de Diciembre en los que la mitad del país andaba cubierto de nieve, así que tuvimos un paisaje bien bonito hasta pocos kilómetros antes de llegar. Las máquinas quitanieves habían hecho su trabajo y la autopista estaba limpia, pero fuera del asfalto todo era un manto blanco ininterrumpido que nos hizo disfrutar del viaje de una manera especial. Tanto, tanto, que el niño que todavía llevamos dentro nos obligó a parar en un área de descanso a tirar unos bolazos y hacer unas risas.


































Después de otra parada cerquita de Burgos para comer, llegamos puntualmente a las cinco de la tarde a la puerta del Paraninfo de la Facultad de Derecho de Valladolid, donde nos esperaba el amigo Jaime Lafuente (Tradere), el "culpable" de que estuviéramos allí. Nos reencontramos con Pablo y Oscar, responsables del sonido, con quienes ya habíamos tenido la grata ocasión de coincidir el pasado mes de Junio en Soria, y después de una prueba rápida y fácil, aún nos quedó un ratito para tomar algo y relajarnos antes del concierto. Pili preguntó a Jaime por un bar que había frecuentado hace unos cuantos añitos ya, y resultó que quedaba ahí cerca. Un sitio de lo más agradable, y que visitaríamos una vez más por la noche.

























En la puerta de El Largo Adiós, que todo el mundo conoce como el Cafetín. A nuestra derecha Jaime Lafuente, y a nuestra izquierda Oscar y Pablo, técnicos de sonido.

Gracias a las fotos que nos hizo Jaime podréis daros cuenta de que el escenario de aquel día ha sido sin duda el sitio más solemne donde hemos tocado nunca. Que daban unas ganas de ponerse un birrete y una toga y cantar el "Gaudeamus Igitur"....


















A falta de birrete, Miguel Angel se puso una gorra.

Lo bueno que tienen los conciertos vespertinos es que a las 10 de la noche ya está todo terminado y zanjado, así que después de que Jaime y Carmen nos acompañaran al hotel a dejar las bolsas de rigor, tomamos un vino con ellos en un estupendo sitio en el que luego nos servirían unas no menos estupendas raciones, acompañadas de un buen Ribera del Duero, que es lo que procede en la zona. Otra inolvidable cena para nuestro currículum, tras la que tomamos una copa en una taberna tipo irlandés de esas que tanto han proliferado últimamente. Pero era noche de múltiples cenas navideñas, y el ambiente y la música no nos eran muy propicios, así que decidimos volver al Cafetín, donde por suerte la cosa mejoró considerablemente. Conocimos a Carmen y su amiga (siento no recordar su nombre), que habían estado en el concierto y nos saludaron. Carmen es una brasileña que cayó un día por Valladolid, le gustó y se quedó. Y hablando, hablando, resultó que teníamos algún conocido común por ahí, qué pequeño es el mundo... Un amigo mío me ha hablado a veces de una teoría que defiende que dos personas cualesquiera de este mundo pueden quedar enlazadas simplemente con 4 ó 5 eslabones intermedios. Curioso...
La verdad es que conocimos a medio bar, y entre todos, a Marta, una chica muy divertida que nos descubrió una noticia publicada en el periódico del día que puso un punto de humor en el final de la noche. Entre los peculiares detalles de la historia y la particular redacción de la misma por parte del periodista, era casi imposible leerla sin reírse. Y si no, echad un vistazo aquí
y veréis...
Así que entre la nieve, la amabilidad de nuestros anfitriones (gracias y un beso, Jaime y Carmen), el agradable concierto y lo divertido de la noche, hay que reconocer que fue un gran día. Por cierto, ya sé que parece que siempre lo decimos y suena un poco a tópico, pero además de lo solemne del escenario, fue tremenda la respuesta del público. Un entusiasmo que no hemos visto casi nunca, tanto que entre tema y tema incluso nos gritaban algún piropo, impresionante, de verdad, no sé si nos merecemos tanto. Luego, Carmen nos contaba que a veces el público allí se excede un pelín en su tarea, pero la verdad es que para quien está tocando es muy agradable. Mil gracias por ello.
Y como nos fue tan bien y nos gustó tanto, volvemos inmediatamente. La semana que viene estamos el día 12 en Los Conciertos de la Estufa
en Arrabal de Portillo, y al día siguiente, 13 de Febrero, en Mucientes, en el
Ya os lo contaremos.

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